España en la Primera Guerra Mundial: Neutralidad, Venta de Armas y labor humanitaria

España en la Primera Guerra Mundial

Neutralidad, venta de armas y labor humanitaria

El personal de la Oficina Pro Cautivos en el Palacio real de Madrid, 1917

 Breve queja

Estoy harta de los que cada vez que quieren hablar del papel de España en la primera Gran Guerra sólo hagan mención a la "gripe española" de 1918, cuando dicha epidemia de gripe ni siquiera se originó en España, y cuyo primer caso, encima, TAMPOCO se detectó en España. Entiendo perfectamente que los chinos se quejen de los subnormales que llaman a la pandemia de coronavirus Covid-19 "virus chino", porque es una denominación absolutamente racista, tanto como "gripe española". 

Ya que me he calmado, voy a hablaros de un hecho que hasta hace bien poco yo desconocía, y que siento que debería ser más conocido; la labor humanitaria que realizó España durante la Primera Guerra Mundial. Porque sí, al ser neutral, España podía ayudar a todas las partes implicadas y mostrar compasión por los afectados por el conflicto, fueran de la nacionalidad que fueran.

 La declaración de neutralidad de España

El 7 de agosto de 1914, el presidente del Gobierno Eduardo Dato declaró "la más estricta neutralidad" de España en la guerra que acababa de estallar en Europa. España, evidentemente, no se podía permitir entrar en la guerra; bastante tenía ya con el conflicto contra los rebeldes rifeños, con episodios tan trágicos como el desastre del Barranco del Lobo, en Melilla, o la constante tensión social interna, como la conocida como Semana Trágica de Barcelona, unos días después del desastre de Melilla.

La neutralidad le permitía a España poder vender armas a todas las partes implicadas en el conflicto, lo que supondría un beneficio para su economía, al igual que otros países neutrales como Noruega o Suecia. Decir que la guerra en España se seguía con un gran interés, desde el pueblo llano a debates en el Congreso de los Diputados. Los debates generalmente se dividían entre partidarios de la Triple Entente y Serbia y partidarios de las Potencias Centrales.

 La Oficina Pro Cautivos: la labor humanitaria española

Hasta ahí lo que todo el mundo conoce, ahora vamos con el aspecto más desconocido de todos, incluso para la mayoría de mis compatriotas: la Oficina Pro Cautivos. La Oficina Pro Cautivos se creó a finales de 1914, por iniciativa del Rey Alfonso XIII, y su objetivo era ayudar a los afectados por el gran conflicto bélico europeo, fueran soldados o civiles, sin importar la nacionalidad de las víctimas. En enero de 1915, ya habían recibido 1.800 cartas y telegramas. En febrero, 3.000; en junio, 5.000 y en julio, 8.000. Todas ellas eran escritas en francés, pues era la lengua de comunicación universal y de la diplomacia de la época. En total, en los cuatro años que duró la guerra, la Oficina aceptó más de 200.000 cartas, 140.000 de ellas de familias de los soldados. Éstas eran respondidas por el director de los Archivos Generales del Palacio, Juan José Alonso Martín, gracias a un sistema de computación primitivo.

Los gobiernos de los países en guerra aceptaron que sus residencias diplomáticas en países enemigos se trasladasen a España y aceptaron que la diplomacia hispana, junto a la Cruz Roja Internacional y otras naciones neutrales, inspeccionaran los campos de prisioneros para ver cómo era el trato a los mismos. La Oficina Pro Cautivos trabajaba en coordinación con la Cruz Roja y tenía distintas secciones:

 Desaparecidos
 Información y correspondencia en los Territorios Ocupados
◆ Prisioneros
◆ Repatriación de soldados severamente heridos o enfermos
◆ Repatriación de civiles
◆ Servicio de Internamiento en Suiza
◆ Perdones
◆ Conmutación de sentencias
◆ Remitencia de fondos a individuos y familias en los Territorios Ocupados
◆ Informes de visitas de inspecciones llevadas a cabo por delegados españoles

Las familias reales europeas seguían estando en contacto, y Alfonso XIII decidió aprovechar este recurso para salvar vidas. En total, la Oficina Pro Cautivos ayudó a 122.000 prisioneros franceses y belgas, 8.000 británicos, 6.400 italianos, 400 portugueses, 350 estadounidenses, 250 rusos y 103 serbios. Además, consiguieron canjear a 21.000 prisioneros enfermos y llevar a más de 70.000 civiles a zona segura. Esta labor no cesó pese a los graves problemas internos de España, y la ayudó a mejorar su imagen externa, sobre todo de cara a naciones pequeñas como Bélgica o Serbia.

Bélgica

En octubre de 1915, los oficiales alemanes planeaban ejecutar a diez ciudadanos belgas acusados de rebelarse contra las tropas alemanas. Su ejecución estaba prevista para el dia 12, así que Alfonso XIII y la Oficina Pro Cautivos sólo tenían 50 horas para conseguir salvarlos. Alfonso XIII se puso en contacto con el Kaiser Wilhem II y le solicitó el indulto a los condenados. La Emperatriz Augusta apoyó la petición del Rey de España, y finalmente se logró la conmutación de las penas de muerte de nueve de los diez condenados.

Sólo hubo una persona a la que no pudieron salvar. Su nombre era Edith Cavell, una enfermera británica, pionera en enfermería moderna de la nación flamenca, que había dado cobijo a 200 soldados belgas, franceses e ingleses (prisioneros evadidos y pilotos abatidos) y haberles ayudado a huir de Bélgica. Su ejecución es vista como una de las injusticias más de ocupación alemana de Bélgica.

Serbia

¿Sabías que la ciudad de Banja Luka, en la República Srpska, Bosnia-Herzegovina, tiene una calle llamada Alfonso XIII? Esta es la razón que me llevó a investigar todo sobre la Oficina Pro Cautivos. 

En abril de 1917, el Imperio Austro-Húngaro planeaba condenar a pena de muerte a 16 ciudadanos serbios y a 20 años de prisión a otros 87, por el asesinato del Archiduque-Heredero Francisco Fernando el 28 de junio de 1914. Serbia solicitó la ayuda de la Oficina Pro Cautivos, y el Rey Alfonso XIII consiguió que los austro-húngaros conmutasen las penas y dejaran en libertad a los ciudadanos.  Además, la Oficina salvó a 1.500 niños serbios, que habían sido encerrados en un centro interno austriaco, y los devolvió a sus familias. De ahí que en 2017, el ayuntamiento de Banja Luka decidiera dedicarle una calle al rey Alfonso XIII.

♥ Conclusiones

Me ha sorprendido mucho descubrir este aspecto de la historia de mi país. Me ha dejado un sabor agridulce, puesto que actualmente la diplomacia y el manejo de la política exterior en España dejan muchísimo que desear, pero es agradable ver que no siempre fue así y que España realmente ha tenido buenos diplomáticos que no sólo se preocupaban por los intereses de España, sino que encontraban la manera de ayudar a los demás sin necesidad de posicionarse automáticamente de uno u otro lado en un conflicto. Pequeños sucesos como este demuestran que eso de que "España es el problema y Europa la solución" o "España es una deformación grotesca de la civilización europea" es, simple y llanamente, una gilipollez (fruto del comprensible desencanto de la generación del 98, y que no deberían definir la ideología actual de absolutamente NADIE).

Y sí, considero que, en los conflictos que no afecten directamente a los intereses de España, esta es la postura que habría que tener: ofrecer soluciones pacíficas y apoyar el diálogo y enviar ayuda humanitaria a todos los civiles afectados por la guerra sean del lado que sean (e.g. Rusia y Ucrania, Israel y Palestina).

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